EL PORQUÉ DE LA LUCHA DOCENTE EN EL CHACO

Carta de Lectores publicada en El Diario de la Región, Resistencia, Chaco, Argentina, el día viernes 24 de junio de 2005.

Estimados colegas:
Escribo esta misiva con el único fin de que conozcan mis pensamientos.
Me inicié en la docencia en el año 1982, con un concepto de la profesión docente altruista, que imponía el concepto "la docencia es un apostolado"; con el correr del tiempo y la juventud, me di cuenta que es una profesión más entre otras.
Con mi sueldo de docente tuve que ayudar a construir mi casa y a criar a 5 hijos, lo cual me llevó a realizar también actos de magia para hacer rendir mi sueldo, que siempre fue mal pago.
También esta profesión me enseñó a digerir "tragos" amargos que me marcaron para toda la vida y me enseñó que en primer lugar, estoy yo y mi familia, y después el trabajo.
¿Por qué digo esto? ... En el año 1991, mi segundo hijo se enfermó gravemente, lo tuvimos que trasladar hasta Buenos Aires. Entonces el "sistema" que ya defendía a ultranza, me agradeció con asistencia "cero" en mi hoja de concepto profesional.
Siempre defendí la escuela, luché contra las injusticias y atropellos que sufrimos los docentes y recibí en cambio, críticas durísimas de ustedes, mis compañeros, a quienes yo defendía.
Logré superar los sinsabores y me dediqué a cultivarme y crecer como persona y profesional, observé cómo ustedes no atinaron a defenderse por sí mismas y se dejaron y dejan manipular fácilmente por personas que tienen intereses mezquinos y espurios.
Hoy me encuentro luchando por un sueldo digno, qué palabra rara ésta, pero que me permitiría a mí y a muchos de nosotros, que nuestros hijos puedan acceder a muchos beneficios que los hijos de otros trabajadores, pueden acceder fácilmente a la cultura y el esparcimiento, además de los alimentos, muchas veces, de primera necesidad. Que nosotros podamos tener una jubilación digna, sin tener que postergarnos como personas.
Hoy, a los 44 años, aprendí también que nuestra profesión considerada de alto riesgo, tiene un elevado índice de enfermos depresivos, esquizofrénicos, además de otros desórdenes mentales y nerviosos, qué solo se hacen frente con una buena obra social y muchísimo dinero. Porque los medicamentos son de costo oneroso.
Hoy, me doy cuenta de que a nadie le importa la profesión docente, que la sociedad quiere que sus hijos se eduquen a bajo costo y con niñeras gratis.
A los políticos no les interesa la lucha docente, porque siempre nos callamos y otorgamos.
Me preocupa muchísimo pensar que nosotros, en nuestros ideales del PEI (Proyecto Educativo Institucional), escribimos que necesitamos formar alumnos críticos y reflexivos, y no podemos serlo.
Me preocupa que nosotros, que enseñamos la Constitución, los deberes y derechos de los habitantes de nuestro país, no defendamos los nuestros.
Me preocupa la indiferencia, el automatismo y el servilismo que demostramos ante nuestros alumnos, nosotros que somos ejemplo.
Colegas: la profesión se enaltece cuando somos auténticos en el accionar, no en los dichos, cuando nos sacamos las máscaras de la hipocresía y la mentira, para trabajar con la solidaridad, la honestidad, el respeto y el compañerismo.
Amigas: nosotras somos las que debemos darnos el lugar que nos corresponde y estar siempre unidas para que no nos destrocen los de afuera y, como dijo una colega ya jubilada: "Después de todo, los únicos que reconocen tu labor, son tus compañeros y tu familia, dejaste de ser "la Seño", para ser la agente Nº ... y allí se terminó tu historia".
La Vida es tan corta y bella, ¡disfrutémosla!
La Amistad es lo más preciado, ¡practiquémosla!
Nuestros derechos son los únicos que importan: defendámoslos.

Norma Alegre - Docente chaqueña.