Calle Cacique Maidana
Chaco Día Por Día - Opinión - 11/06/2007.
En la madrugada de este día, 24 de mayo, he tenido una experiencia singular que entiendo merece ser difundida. Siendo las 3 horas aproximadamente en una esquina de la ciudad observo un grupo de jóvenes que subidos a los caños de sus bicicletas apoyadas a un cartel indicador de calles realizaban maniobras que llamaron mi atención.
Al volver a pasar para observar en detalle ésta actitud, veo que con aerosoles y plantillas estaban tapando el nombre de una de las calles, para luego imponerle una nueva denominación. El nombre que se cubría con pintura es el de "Julio A. Roca", sobre el que imprimian el de "Cacique Maidana".
Al ver que lo hacían con total tranquilidad me detengo para interesarme sobre las motivaciones que los llevaban a exponerse a tan baja temperatura para realizar esta tarea. La respuesta es que entendían que no era posible que se siguiera revindicando el nombre de un genocida en la tierra de los exterminados.
Recibí adicionalmente una lección de nuestra historia, dado que en pocos minutos amplié mis escasos conocimientos sobre la "Masacre de Napalpí" que produjo el brutal asesinato de centenares de aborígenes.
También aprendí que el Cacique Pedro Maidana era el líder de los que ante su reclamo de mejores pagas por la recolección de algodón fueron masacrados. El Cacique Maidana fué castrado a machetazos y junto a sus hijos, empalado.
Entendí que los argumentos eran muy fuertes y contundentes. Pregunté a los jóvenes dos cosas. Si lo hacían de madrugada por temor; y si no creían que hubiera sido mas conveniente seguir los procedimientos establecidos para el cambio de nombre de una calle, es decir presentarse ante las autoridades competentes con las argumentaciones y peticionar.
A la primera progunta respondieron con contundencia que no tenían ningún temor, por el contrario, entendían que estaban realizado un acto de memoria, justicia y reconocimiento del que se sentían orgullosos, pero que no querían que se personalizara en ellos este acto sino que quedara como una expresión surgida de una sociedad que crece.
Respecto de la segunda manifiestan que ya hubo por parte de alguna otra gente que no recuerdan, un intento de eliminar el nombre de Roca y reemplazarlo por el de "Che Guevara". Estos hicieron las presentaciones pertinentes sin éxito.
Entienden que a las autoridades poco les interesan estas cuestiones. La burocracia, no piensa, decían. La burocracia y las autoridades prefieren ocuparse de las cuestiones materiales. La memoria, la verdad y la justicia no entran en la consideración de quienes tienen otras urgencias e intereses. Por lo tanto nosotros lo hacemos, en la convicción de que la historia nos obliga.
Hasta aquí mi charla con ellos. Seguramente habrá quienes piensen que está bién o no lo que han hecho. A mi me remitieron a otros tiempos. Tiempos de compromiso. Tiempos de participación. Tiempos de cuestionar el quietismo y el silencio.
Verlos en una noche tan fria exponerse para lo que consideran un acto de justicia y reconocimiento frente a tanta juventud y tantos mayores entregados al alcohol, la droga y la satisfacción de intereses materiales me pareció de un alto valor.
Esteban Branco Capitanich
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