Escándalo porque el Indec dice que una familia come con $14 por día
Diario Chaco.com - Viernes 13 de marzo de 2009.
Las recetas del chef Moreno tienen sabor a nada. El diario Critica aprovechó la oportunidad para volver a mofarse de los anuncios del funcionario.
Sin leche, sin carne, sin verduras, sin fruta y ojalá que sin hambre: así debe vivir una familia tipo, de acuerdo con las cifras difundidas por el Instituto Nacional de Estadísticas y Censos (Indec), dirigido por el dedo del secretario de Comercio, Guillermo Moreno.
Según el ente estadístico, dos adultos y dos niños pueden comer –todos juntos – por 441 pesos al mes, es decir 3,7 pesos por persona y por día: una cifra escandalosamente inferior a la de, por ejemplo, un indigente bajo asistencia social.
Sin ir más lejos, el Ejército de Salvación –una organización internacional de caridad cristiana – gasta 17 pesos (un 500% más) en alimentar a un “sin techo”.
¿Cómo hace una familia tipo –padre, madre y dos hijos– para comer, los cuatro, con catorce pesos diarios? Luego de pensarlo muy bien, la nutricionista Cristina Banzas, integrante del Grupo Educador en Salud y Alimentación, encuentra una única forma de que el optimismo de Moreno se lleve bien con la realidad:
“La respuesta es que los dos nenes deben ser amamantados –responde–, porque si no, los números no cierran ni de casualidad”.
¿Cuánto hace falta, entonces, para llevar una alimentación extremadamente austera, pero nutricionalmente completa?
Según los cálculos de Banzas, se necesitan casi 37 pesos (más del doble que el monto dibujado por el Indec): una cifra a la que sólo se llega comprando segundas y terceras marcas, tomando agua de la canilla, consumiendo frutas y verduras de estación, y omitiendo alimentos relativamente suntuarios como yogures, gaseosas o postrecitos para niños.
“El planteo de Moreno tiene infinitas fisuras, y una muy importante, por afuera de la económica, es que al Gobierno le falta educar al pueblo –advierte Banzas–. La gente no puede comer bien con tres pesos y medio principalmente porque esa cifra es irrisoria, y en segundo lugar porque tampoco sabe usar ese poco dinero de un modo relativamente óptimo.”
Según Banzas, existen hidratos de carbono saludables –dan energía, fibra y vitamina B– pero no son éstos los buscados por las familias de clase baja.
“Como no hay una cultura alimentaria, una familia pobre no tiene la costumbre de amasar un pan: elige comprar galletitas de pésima calidad, que elevan el colesterol y tienen azúcares y sal en exceso –explica Banzas–.
Hay generaciones enteras que están creciendo en base a galletitas y fideos. Y las consecuencias en la salud son peligrosas porque esa dieta no incluye una sola proteína, aún cuando las proteínas son los formadores de tejidos, los ladrillos del organismo”.
Un informe sobre las tendencias de consumo durante 2008 realizado por la consultora Nielsen arroja que durante el año pasado el consumo de productos light creció dos veces y medio más que su versión regular. Este aumento, que viene acompañado –y provocado– por el consiguiente bombardeo publicitario, es una de las paradojas que ofrece la canasta familiar del INDEC.
“A la hora de la cena, una familia ve en televisión un desfile de productos light y de arengas a favor del cuidado de la salud, cuando con catorce pesos es imposible comprarte siquiera un yogur –advierte Banzas–.
Si una persona sólo come carbohidratos, glúcidos, almidones o harinas, va a engordar. Y si un día decide comprarse un yogur para hacer las cosas bien, a la gente le meten tanto marketing en la cabeza que termina comprando el que tiene el sticker para niños más grande.”
Familia tipo nada. El secretario Moreno, que es un hombre optimista, cree que con catorce pesos una familia puede vivir sin caer en la indigencia. La clave no estaría en irse a cenar a las iglesias, sino en seguir a rajatabla la promoción que la Secretaría de Comercio tiene preparada para la economía familiar.
El próximo lunes 16, gracias a un acuerdo promovido por el Gobierno, saldrán a la venta 120 productos con rebajas de hasta el 20% respecto de las góndolas de los hipermercados. Esos alimentos y bebidas se venderán en 3.500 autoservicios, almacenes y supermercados chinos del área metropolitana.
El problema es que, aún con un 20% de rebaja en todos los productos, la canasta del INDEC seguiría siendo inviable.
Un cálculo hecho por la Asociación de Defensa de los Consumidores y Usuarios de la Argentina (Adecua) arroja que una familia tipo, de clase media y con necesidades básicas satisfechas, necesita mil pesos para comer.
Esta cifra no contempla los llamados “alimentos gratificantes” (esto es “caprichos”), pero sí incluye carne y verdura una vez por día.
“Eso sí: si a estos mil pesos no los sabés racionar, según nuestro cálculo los últimos días hasta te va a faltar comida –advierte Osvaldo Riopedre, director ejecutivo de Adecua–.
Los 441 pesos del INDEC significan 80 centavos diarios por comida y por persona: eso es nada. Nada. Una cosa es comer, y otra es meterse cosas en la boca.”
Sergio Britos, profesor de Economía y Política Alimentaria de la carrera de Nutrición de la Universidad de Buenos Aires (UBA), agrega otra cifra: el valor mínimo de una dieta saludable para una familia tipo pobre es, de acuerdo con datos de la UBA, de 720 pesos, es decir 24 pesos por día.
El problema es que la clase baja –la principal perjudicada por el dibujo de Moreno– nunca forma familias “tipo”.
“Las familias pobres están integradas por un promedio levemente superior a las cinco personas –explica Britos–. Ésa es la paradoja: cuanto más pobre es una familia, más dinero necesita, en términos absolutos. Por lo tanto, esa canasta apunta a un modelo de familia que, en la franja social más delicada, ni siquiera existe.”
Para todos los nutricionistas consultados, si esta canasta persiste en el tiempo producirá lo que se da en llamar Enfermedades Crónicas no Transmisibles. Esto es obesidad, diabetes, hipertensión, colesterol alto y cáncer.
Fuente: Critica
0 Comments
Publicar un comentario
<< Home