En Busca Del Acuerdo Esperado
Diario Norte Edición Digital - Lunes 20 de febrero de 2006.
Por Carlos Silva
El calendario para la provincia del Chaco dice que el 1 de marzo deberá concretarse, la vuelta a la actividad escolar, pero una vez más hay densos nubarrones de conflictos no resueltos que amenazan complicar el normal desenvolvimiento de las actividades.
Durante los últimos cuatro años ante la inminencia de la iniciación del período lectivo, advertíamos sobre la misma temática y duele comprobar que esta problemática siga teniendo plena vigencia y que, padres y docentes, estén expectantes hoy de los resultados de la reunión convocada, con bastante retraso, para mañana por las autoridades provinciales para dialogar con los gremios docentes que, vale recordarlo, quieren ante todo encauzar la discusión por el salario, que por estas horas se torna imprescindible para que no se sumen muchos docentes a la ignominiosa lista de los que no pueden atender las necesidades básicas de sus hogares, comprometiendo así el normal desarrollo de sus hijos.
Es evidente que mientras no se supere este problema, no se puede pretender reclamar a los maestros "internalizar el valor de su función" apelando al remanido recurso de responsabilizarlos por la frustración de los alumnos y padres ante el eventual fracaso del primer día de clases. ¿Quién puede dudar de la justicia de los reclamos docentes? Creemos que nadie.
Pero no se puede pretender que el sistema mejore solamente haciendo edificios o equipando a las escuelas con computadoras, cuando el maestro está mal pagado y vive acuciado por las necesidades.
Tampoco creemos que el gobierno pueda responder de la noche a la mañana otorgando un básico de 1.360 pesos que cubra el 80% del costo de la canasta familiar, especialmente cuando no se ha podido aún reglamentar la Ley de Financiamiento Educativo en el seno del Consejo Federal de Educación, lo que nos dice que, de ambas partes, habrá que mostrar la mejor buena voluntad del mundo.
Los motivos generadores de conflicto están plenamente instalados para regocijo de quienes apuestan decididamente a seguir empobreciéndonos culturalmente para continuar usufructuando las riquezas de un país bendecido por Dios en tal sentido pero que sigue siendo saqueado por los poderosos de afuera con la colaboración de sus malos hijos que no trepidan en aceptar ese entreguismo en función de satisfacer sus apetencias personales de poder y enriquecimiento económico.
Los intereses que empujan al paro no son los de los gremios, los maestros, alumnos y la sociedad en general. Son los de aquellos que quieren sojuzgarnos y que generalmente señalamos con nombre y apellido.
Nota del blog: Siempre me he preguntado, cuando reina la indiferencia, ¿qué otro camino existe, que el paro?. Varios dicen: "No estoy de acuerdo con los paros, hay que buscar otra forma de reclamar" ... díganme de qué otra manera podemos conseguir que se respeten nuestros derechos como trabajadores, y yo la sigo al pié de la letra ... porque aquél que crea que los docentes amamos no trabajar, no tiene la más mínima idea de lo que significa nuestra profesión para nosotros.
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