Docentes del Chaco y Sus Vivencias -Argentina- "Un pueblo inculto es más fácil de dominar"

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viernes, junio 09, 2006

¿Dale Tu Mano Al Indio?

En su habitual columna de opinión en la Revista “Debate”, el escritor Mempo Giardinelli resalta que “una nueva frustración encalla en el ánimo de decenas de miles de indígenas chaqueños”.
Indian
“Después de muchos reclamos, protestas mediáticas y piquetes en toda la provincia, los representantes de las tres etnias que conforman el Instituto del Aborigen del Chaco (IDACH) consiguieron que los recibiera el gobernador Roy Nikisch, cuya rara estrategia (de algún modo hay que llamarla) consiste en nunca responder a los reclamos sino hasta que las cuerdas se tensan al máximo.

Esta vez también fue así, y no dejaba de parecer auspicioso el encuentro del martes al mediodía, en Resistencia. Detrás quedaban largas columnas de entre cinco y diez mil aborígenes desarrapados, provenientes de Castelli, Villa Río Bermejito y otros pueblos de El Impenetrable, cientos de kilómetros al norte de la capital.

También venían de San Bernardo, sobre la ruta 95; de Machagai y Quitilipi, sobre la 16; de Pampa del Indio, Villa Angela, General San Martín, Bermejo y otros departamentos.

Muchos de ellos —unos 1.500— llegaron hasta las afueras de la ciudad y acamparon pacíficamente. Era impactante verlos y sobre todo a sus mujeres, sus viejos, sus críos, vestidos precariamente y mal alimentados bajo el frío y la llovizna. Hay que tener el cuero duro para no indignarse ante ese cuadro, en pleno Siglo XXI.

Sus reclamos son, debería decirse, todos. El petitorio de 20 puntos que entregaron una semana antes se concentraba en lo urgente: devolución inmediata de tierras a las comunidades aborígenes; suspensión de la venta de tierras fiscales; formación de una comisión popular investigadora que estudie esas ventas y haga públicos los nombres de los compradores; cese de toda discriminación.

Por donde se mire el asunto, tienen razón. La manipulación y sometimiento de estos pueblos es añeja: los militares primero, y después civiles de todos los colores como hubo en el Chaco —la provincia fue gobernada históricamente por el peronismo, luego por el partido posdictatorial Acción Chaqueña (1991-1995) y desde entonces por una alianza hegemonizada por el radicalismo—, es indudable que todos tienen, en diversos grados, responsabilidades.

Las tierras casi no se entregan a los indios; sobran denuncias sobre ventas clandestinas; y el estado socio-sanitario de muchas comunidades indígenas es pavoroso: carecen de agua, luz y asistencia consistente. Por eso las denuncias de que este conflicto “se ha politizado” son pueriles. Ésta es, obvio, una cuestión de naturaleza política.

Aunque los datos son muchas veces contradictorios, la cuestión en debate es enorme: el total de tierras fiscales en el Chaco ascendería a nada menos que tres millones y medio de hectáreas.

Según denuncias de una polémica ONG local, el Centro de Estudios Nelson Mandela, entre 1995 y 2003 habrían pasado a manos privadas, en particular importantes grupos económicos y “no precisamente productores”, como señala la ley que regula la cesión de tierras fiscales, unas 2.600.000 hectáreas de tierras fiscales.

Obviamente, el gobierno no coincide. Fuentes oficiales dicen que a 2005 la superficie adjudicada es de 2.061.000, y que a eso hay que agregar las reservas de parques provinciales como “Loro Hablador”, que ascendería a 1.437.000 hectáreas y otras 200.000 en propiedad de ejidos municipales. Según el gobierno, además, las tierras específicamente aborígenes son 660.423 hectáreas, de las que recientemente se adjudicaron 11.000 a pobladores de todas las etnias y ya se habrían escriturado gratuitamente 196.001 hectáreas.

Hasta la desprestigiada justicia chaqueña, cuestionada desde los más diversos sectores, se manifestó sobre el asunto de manera inusual: las máximas autoridades del Poder Judicial inauguraron el viernes pasado, en la localidad de Miraflores, verdadera puerta de El Impenetrable, el edificio del juzgado de paz.

Ante jueces y funcionarios de toda la provincia, intendentes de pueblos vecinos y legisladores, el presidente del Superior Tribunal, Ricardo Franco, se pronunció en favor de los derechos aborígenes y la diversidad cultural, llamó a trabajar “por los más pobres" e invitó a las distintas etnias a no tener miedo de la Justicia.

Pero todo fracasó el martes, cuando la esperada reunión abortó por la terquedad, torpeza o como se llame al empaque de las partes. El toba Orlando Charole, presidente del IDACH (que depende del gobierno) planteó que a la reunión entraran 20 delegados de las etnias y asambleas del interior. El gobernador dijo que sólo recibiría a media docena.

Y ahí se acabó el diálogo, cortado por ambas partes y con el fogoneo a coro de diputados y dirigentes peronistas, de un lado, y de radicales del otro; con la furibunda presencia de un funcionario nacional (Luis D’Elía) que se retiró indignado, y con el consabido circo de movileros de la televisión porteña que se excitan cada vez que “descubren” la indigencia y la posibilidad de disturbios.

Una vez más ceguera, mezquindad y uso político en la desdicha de los aborígenes. Ahora habrá que ver si se retoma el diálogo, pero lo que parece indudable es que este conflicto apenas recomienza. Pues como dijo un veterano periodista del diario Norte local: ”otra vez se jodieron los indios, pero ...”.
Mempo Giardinelli

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