Prensa: "Una Burla A Los Periodistas Y A La Sociedad"

"Ante las declaraciones de Carlos Urlich, nada menos que el presidente del Poder Legislativo del Chaco, mostrándose casi sorprendido por la situación de los trabajadores de prensa en el Chaco, lejos de poder ser consideradas como una expresión de apoyo a un viejo reclamo del Sindicato de Prensa, representan una indignante tomada de pelo a los periodistas y a la sociedad en su conjunto.

Más aún cuando en una parte de su mensaje por el Día del Periodista, Urlich expresara: ‘No es un tema fácil (resolver el problema), es casi una cuestión privada de cada una de las empresas, pero creo que el Estado en lo que está a su alcance debe contribuir para que realmente esta situación se normalice’.

No, diputado Urlich, aquí no se trata de que el Estado ‘contribuya’ con nada; se trata simplemente de que los funcionarios que administran el Estado hagan cumplir la ley. Es decir, bastaría con que ustedes, los legisladores, estuvieran dispuestos -de verdad, no sólo para la foto- a hacer respetar lo que votan.

Sus expresiones, además de irrisorias, son preocupantes. ¿Cómo puede desconocer el sistema legal de la provincia la persona que preside el poder que, justamente, tiene a su cargo la elaboración de las leyes? ¿A qué se dedican sus asesores?

Uno de ellos, el ex subsecretario de Información Pública, Carlos Carossini conoce, además, perfectamente el problema porque lo escuchó junto al entonces gobernador del Chaco, doctor Angel Rozas, en 2001, de boca de esta entidad sindical junto al hoy vicegobernador Eduardo Moro.

O un buen tiempo después en una reunión con el entonces secretario general de la Gobernación, Rolando Toledo, y los secretarios generales de la Federación Argentina de Trabajadores de Prensa (Fatpren), José Leopoldo Insaurralde, y del gremio del Chaco, Orlando Núñez.

Por respeto a los lectores y al espacio periodístico, no mencionamos los pedidos de audiencia realizados que nunca nos concedieron ni los encuentros con funcionarios de los distintos niveles que sólo escucharon. Así que en ninguno de los tres poderes del Estado pueden alegar desconocimiento de todo esto.

Entonces, ¿por qué a nadie con responsabilidad le interesa modificar esta situación de explotación y censura que padecen los trabajadores de prensa?

Para que se entere nuevamente diputado Urlich, lo ponemos al tanto: la Legislatura del Chaco sancionó en el año 2003 con las normativas 5.238 y 5.239 la adhesión del Chaco a la las leyes 12.908 Estatuto del Periodista Profesional y 12.921- Estatuto del Empleado Administrativo de Empresas Periodísticas, las que entre otras cosas, establecen en uno de sus artículos que el Estado no puede pagar servicios a proveedores que no estén al día con las obligaciones salariales de sus trabajadores.

En concreto: el Estado no debe pagar publicidad oficial a las productoras o medios de comunicación que no paguen en tiempo y forma los sueldos de sus empleados, incluidos los periodistas, por ejemplo.

Pese a ello, en el Chaco sobran los dedos de una mano para contabilizar los medios que pagan los salarios de convenio, que no tienen trabajadores en negro o precarizados, que no hacen firmar a sus periodistas recibos de sueldos con sumas de las que en realidad los trabajadores cobran apenas la tercera parte.

Esta situación ya le fue expuesta en persona años atrás a usted. También aquella vez se mostró muy preocupado, prometió gestiones, se declaró conmovido por el problema. Su propio discurso de la semana pasada confirma que no hizo nada al respecto.

Pero sería ingenuo pensar que el desinterés del poder político sobre la situación de los periodistas y de la prensa en general es casual, o un simple acto de distracción. Está claro que este esquema le es muy útil a los gobiernos de turno.

Una prensa maniatada, de empresarios prósperos y periodistas ahogados en el drama cotidiano de la subsistencia, es el resultado buscado por quienes, al mismo tiempo, también castraron al Poder Judicial y a los organismos de contralor.

Nuevamente decimos: sin una prensa libre, sin periodistas con condiciones de trabajo dignas, la sociedad está presa. Que además de ese encierro, debamos soportar también la burla encubierta de los cómplices de semejante situación, nos parece demasiado".