Opinión: "Que Se Rompa, Pero Que No Se Doble"

Por Miguel Angel Fernández

(Director de NORTE) 12/02/06.

Entre las tradiciones del centenario radicalismo argentino figura aquella sentencia "que se rompa pero que no se doble", aplicable a la conducta republicana de Alem, Yrigoyen, Balbín y tantos otros paradigmas cívicos.

Si éste es el principio que el presidente de la Cámara de Diputados chaqueña quiere hacer suyo en la defensa a capa y espada del apresuramiento y de las desprolijidades administrativas y financieras que desnuda la multimillonaria licitación del edificio que nunca tuvo y pide a gritos el Poder Legislativo, Carlos Urlich se empecina en equivocarse, escuchándose a sí mismo.

Lo que no debe doblarse es la certeza ciudadana de una transparencia a prueba de balas en todo el procedimiento de contratación de una obra que, de manera inexplicable, se pretende impulsar a todo vapor sin encuadrarse en las normas básicas que la provincia del Chaco aplica en estos emprendimientos: la ley de obras públicas y la ley de administración financiera.

Hoy, todas las voces que se hacen escuchar para recomendarle que rebobine a tiempo y digiera rápido el tirón de orejas documentado por el Tribunal de Cuentas, en una investigación imposible de cajonear y menos negociar en las entrañas del poder radical, transmiten un cabal mensaje social que la Cámara de Diputados en pleno debe procesar sin más excusas veraniegas e involucrarse en resetear todo lo que corresponda.

Un cuerpo de 32 integrantes tiene responsabilidad institucional para advertir que los avances arrolladores de su presidente no pueden escudarse ni en sus facultades —que no son ilimitadas— ni en la sabiduría de una comisión técnica (que a la postre también ha sido objetada por el organismo de control, cuyo dictamen es imperativamente vinculante en términos políticos).

Responder apenas con un chicaneo administrativo que no cambie nada de fondo se convertirá en cómplice de lo que la Legislatura debe desterrar: la menor sospecha de algún negociado, urdido dentro de la gran tentación de la obra pública.

El pecado de no haber instalado esta cuestión primordial en el recinto no se salvará, por supuesto, con recurrir a la mayoría automática radical votando una ley parche para no desairar la imagen de Urlich y encerrarse en atribuir los sucesivos aplazamientos de la licitación a un pedido empresario y no a las señales sociales, entre las que no podemos incluir rumores sobre cartas tapadas en la modalidad elegida de licitar una construcción con terreno.

Siesta Opositora
Y si bien esta vez el peronismo no es el blanco del contraataque verbal de Urlich, porque la oposición, como la marmota de EEUU sigue invernando aunque las papas quemen, lo son instituciones como la Sociedad de Arquitectos, el Consejo Profesional de Ingenieros, Arquitectos y Agrimensores, el Centro Nelson Mandela y la mismísima Cámara de la Construcción, así como la tenaz y activa diputada Alicia Terada (ARI), que de recurrir a la Justicia interponiendo una acción de amparo pueden provocar una tormenta mayor.

¿Y el Poder Ejecutivo?
Del mismo modo, el Poder Ejecutivo no puede permanecer ajeno al hecho de que su Fiduciaria del Norte SA sea la que haya licitado esta obra con un presupuesto estimativo de 37.900.000 pesos, aceptando instrucciones de un comité técnico que ha incurrido en las contravenciones que se hicieron públicas; y, sobre todo, cuando el fideicomiso es de 13 millones, de los cuales el Ejecutivo transfirió 10 millones.

Una simple resta indica que de esos 37,9 millones a noviembre de 2005 "existe una diferencia de 27.900.000 que esta fiscalía, a la fecha del trabajo, no cuenta con información oportuna y cierta de la metodología y estrategia presupuestaria que tendrá el Poder Legislativo para cubrir dicha previsión presupuestaria", al decir del contador fiscal Raúl John París.

Y no hay constancia de que el gobernador Nikisch sea quien aseguró y documentó hacerse cargo de tal diferencia, sentado como está sobre la caja y administrando peso a peso.

Del mismo modo, con Angel Rozas todavía de vacaciones —por eso no participó el viernes del plenario del comité nacional de la UCR en Buenos Aires—, no existen indicios de que el líder de Convergencia haya avalado, pese a todo el revuelo político que no cesa, el criterio de no apartarse del sendero licitatorio elegido aunque vengan degollando.