Cuidado con un posible futuro: El Plan Bolonia
EL PLAN BOLONIA EN LA COMUNIDAD EUROPEA
Este artículo trata sobre la Reforma Universitaria (¿1998?-¿2010?) a nivel europeo incluida en la Estrategia de Lisboa y llamada popularmente Proceso de Bolonia. Se considera que empieza con la Declaración de Bolonia, de ahí su nombre.
Una de las iniciativas en contra del proceso de Bolonia en Sevilla en donde los estudiantes de la Facultad de Física es una manifestación donde se expone la consigna No a Bolonia.
El proceso de Bolonia es el nombre que recibe el proceso iniciado a partir de la Declaración de Bolonia, acuerdo que en 1999 firmaron los ministros de educación de la Unión Europea en la ciudad italiana de Bolonia.
Se trató de una declaración conjunta que dio inicio a un proceso de convergencia que tenía como objetivos facilitar el intercambio de titulados y adaptar el contenido de los estudios universitarios a las demandas sociales.
La declaración de Bolonia condujo a la creación del Espacio Europeo de Educación Superior, un ámbito al que se incorporaron países incluso de fuera de la Unión Europea y que serviría de marco de referencia a las reformas educativas que muchos países habrían de iniciar en los primeros años del siglo XXI.
Para muchos sectores de la sociedad, el Proceso de Bolonia va más allá de lo firmado en Bolonia, comprendiendo aspectos relativos a toda la reforma universitaria que se consideran más importantes, especialmente aquellos referidos a la financiación de la universidad pública y cuenta con muchos detractores y opositores.
Los cambios más sustanciales que se van a producir se pueden sintetizar en tres grandes grupos: las adaptaciones curriculares, las adaptaciones tecnológicas y las reformas financieras necesarias para crear una sociedad del conocimiento:
En la actualidad, la Europa del conocimiento está ampliamente reconocida como un factor irreemplazable para el crecimiento social y humano y es un componente indispensable para consolidar y enriquecer a la ciudadanía europea [...]
Declaración de Bolonia
Declaración de Bolonia
Nuevas metodologías docentes
El EEES implica la instauración de nuevas metodologías docentes, en detrimento de las tradicionales clases magistrales:
Evaluación continua: seguimiento diario al trabajo personal del alumno mediante evaluaciones continuas. Para llevar a cabo la evaluación continua se proponen principalmente dos herramientas: el uso de todas las posibilidades que ofrece Internet y las nuevas tecnologías TIC y las tutorías personales.
Enseñanza práctica: intervención activa del alumno a través de ejercicios, trabajo en grupo, prácticas profesionales, etc.
Financiación
Uno de los objetivos de la reforma universitaria iniciada en la Declaración de Bolonia es recapitalizar la Universidad, lo que implica una profunda revisión de las vías de financiación: La expansión de los sistemas universitarios, la crisis de los presupuestos públicos y los debates acerca de la viabilidad del Estado del bienestar han llevado a muchos países a plantear reformas en sus modelos de financiación universitaria en los últimos diez años.
La reforma de la financiación universitaria consiste en la diversificación los fondos de financiación, ya sea mediante el aumento de las tasas (la Conferencia General de Política Universitaria marcó una subida en todo el estado español de hasta un 8,2 % el precio del crédito) a los alumnos, o mediante inversiones de empresas privadas.
De este modo, se reduce el porcentaje de financiación pública respecto del total en la financiación de universidades, pues se pretende que sean las propias universidades y no el Estado las que se encarguen cada vez más de su propia financiación:
Las universidades deben financiarse más por lo que hacen que por lo que son, centrando la financiación más en los resultados pertinentes que en los insumos, y adaptándolas a la diversidad de perfiles institucionales. Las universidades deben asumir una mayor responsabilidad por su propia sostenibilidad financiera a largo plazo[...]
Boletín Oficial de la Junta de Andalucía, número 146 de 25 de julio de 2007.
Esto no tiene por qué significar una disminución en términos absolutos del gasto público universitario pero sí que el sistema pasa de ser público a tener un sistema mixto de financiación.
El proceso de Bolonia en otros países del EEES
El proceso de Bolonia en Italia se está llevando a cabo mediante la polémica Ley de Gelmini promulgada por el gobierno de Silvio Berlusconi.
Las críticas hacen referencia a que en la ley se esconde un plan para desmantelar la educación pública.
Debido a las movilizaciones de los estudiantes, profesores y personal de las universidades, el gobierno ha decidido aplazar un año la instauración de ley.
Según los medios de comunicación, más de un millón de estudiantes salieron a la calle contra la ley de educación. La oposición italiana (Walter Veltroni, PD) está intentando promover un referéndum.
En Grecia, en mayo de 2008, se debatió en el Parlamento sobre la nueva Ley Griega de Universidades y su posible anticonstitucionalidad. El Artículo 16 de la Constitución Griega, que prohíbe el funcionamiento de universidades privadas en el país, fue el epicentro de discusión en la Cámara de los Diputados.
El ministro de educación, Euripidis Stilianidis, medió para la enmienda de dicho artículo con el apoyo del presidente de LAOS, Giorgios Karatzaferis.
Otros problemas del país, más o menos vinculados, como el exceso paro en los universitarios y las represiones policiales (un estudiante muerto por disparo de la policía) han provocando una avalancha de manifestaciones y encierros por todo el país.
Críticas del proceso de Bolonia
Desde sus inicios, el proceso de Bolonia ha recibido críticas en toda Europa por distintas razones y sectores. Un 27% de los españoles no apoya el Plan Bolonia, el doble de los que lo respaldan.
En el caso de España, el movimiento de oposición más importante es el liderado por el movimiento asambleario universitario. Estas asambleas (algunas de ellas son órganos máximos de representación estudiantil como las de Sevilla) se oponen al proceso y piden un paro total para entablar conversaciones como representantes legítimos de los alumnos que representan.
Además, acusan a la CREUP (Coordinadora de Representantes de Estudiantes de 20 de las 45 Universidades Públicas) de no representar realmente los intereses de los alumnos y de vivir a las órdenes de los responsables universitarios. Estas Asambleas se organizan a nivel estatal y están formadas por estudiantes universitarios.
Las objeciones al proceso van desde críticas respecto a la capacidad de mejorar la enseñanza universitaria, a críticas enmarcadas en la idea de que las reformas pretenden una progresiva política de mercantilización del mundo universitario. Los distintos colectivos han realizado manifestaciones y encierros por gran número de facultades españolas durante la última década.
Manifestaciones polémicas
El día 18 de marzo de 2009, los mossos d´esquadra cargaron contra los estudiantes, a petición del rector Dídac Ramírez, que protestaban por el desalojo el mismo día de 50 estudiantes que llevaban cuatro meses encerrados en el rectorado de la Universidad de Barcelona. La acción fue apoyada por el Gobierno catalán y el Consejero de universidades.
Hubo un centenar de heridos entre manifestantes, policías y personas sin relación con la manifestación, varios de ellos periodistas. Al día siguiente hubo un paro de escuelas e institutos, en principio no convocado contra el Plan Bolonia, sino por la nueva ley y las medidas en educación primaria propuestas por el Conseller Ernest Maragall, la LEC, pero se hicieron actos de solidaridad con los agredidos por los mossos.
Las cifras de manifestantes oscilan entre 80.000 y 23.000, según la Guardia Urbana o los organizadores. Otros sectores ajenos al movimiento estudiantil también realizaron concentraciones en protesta por lo ocurrido, entre ellos los periodistas agredidos. Los sucesos terminaron con el cese de Rafael Olmos, director general de los mossos d´esquadra.
También pasó algo similar en Alicante donde una manifestación de un millar de personas acabó con conflictos con la policía antidistubios donde un alumno fue detenido tras haber sido golpeado varias veces por un policía, y de una chica que fue arrestada solo por no llevar el DNI, acusada de haber abollado un coche junto a otra alumna.
Falta de democratización del proceso
Profesores y alumnos han acusado al proceso de elaboración de la reforma universitaria iniciada en Bolonia de falta de democratización:
No pretendo abrir aquí un debate sobre la meritocracia o sobre la democracia censitaria, pero constato que, en contra de lo que a primera vista podría parecer (y resultaría deseable), la presunta democratización en el acceso a los cargos ha provocado la generalización de procedimientos dudosamente democráticos, lo que en el caso de la elaboración de los nuevos planes de estudio se ha concretado en la designación, por parte de las autoridades académicas, de comisiones pretendidamente técnicas que terminaban decidiendo acerca de cuestiones de contenido a uña de caballo, eliminando asignaturas y proponiendo otras nuevas, sin dar ocasión a que tuviera lugar un debate abierto, en el que pudieran participar todos los sectores afectados.
Manuel Cruz, Catedrático de Filosofía en la Universidad de Barcelona y director de la revista Barcelona METROPOLIS.
Falta de financiación
Otra de las críticas se ha dirigido a la falta de financiación europea y nacional para implantar la reforma.
Así, en el caso de España, el rector de la Universidad de Sevilla ha denunciado que no se especifique en los nuevos planes de estudios de la facultades sevillanas mandados a revisión por la ANECA cómo se va a implantar lo reglado por el Real Decreto en cuestión de número de alumnos por clase y seguimiento del trabajo personal del alumno, puesto que no disponen de medios ni estructuras suficientes.
Por parte del alumnado, se ha criticado que la reforma no venga acompañada de un aumento de becas sino del fomento de los llamados préstamos-renta , préstamos públicos ligados a renta futura.
Mercantilización de la universidad pública
La mayor parte de las críticas al plan Bolonia se han centrado en la mercantilización de la universidad pública que según sus críticos conlleva la reforma universitaria:
[...] lo que las autoridades políticas no dicen [...] es que bajo ese nombre pomposo se desarrolla en España una operación a la vez más simple y más compleja de reconversión cultural destinada a reducir drásticamente el tamaño de las universidades -y ello no por razones científicas, lo que acaso estuviera plenamente justificado, sino únicamente por motivos contables- y a someter enteramente su régimen de funcionamiento a las necesidades del mercado y a las exigencias de las empresas, futuras empleadoras de sus titulados; una operación que, por lo demás, se encuadra en el contexto generalizado de descomposición de las instituciones características del Estado social de derecho y que concuerda con otros ejemplos financieramente sangrantes de subordinación de las arcas públicas al beneficio privado a que estamos asistiendo últimamente.
José Luis Pardo, catedrático de Filosofía en la Universidad Complutense de Madrid.
José Luis Pardo, catedrático de Filosofía en la Universidad Complutense de Madrid.
Al volcar la financiación pública en proyectos académicos que ya gozan de “fuentes externas” de financiación lo que se hace lisa y llanamente es subvencionar con dinero público actividades empresariales privadas (al tiempo que se ahoga la financiación pública de actividades de interés ciudadano que no sean rentables)
Fernández Liria
Fernández Liria
Esta denunciada mercantilización del conocimiento se relaciona con un informe presentado en 1995 (tres años antes de aparecer la Declaración de Bolonia) por la European Round Table of Industrialists (ERT) o Mesa Redonda de los Empresarios Europeos, lobby que agrupa a ejecutivos de multinacionales como Nestlé, British Telecom, Total, Renault o Siemens entre otras.
Este informe tenía por objetivo "presentar la visión de los empresarios respecto a cómo ellos creen que los procesos de educación y aprendizaje en su conjunto pueden adaptarse para responder de una manera más efectiva a los retos económicos y sociales del momento".
Así, la ERT declaraba unas aspiraciones muy similares a las que luego se recogieron en el plan Bolonia:
La ERT espera que añadiendo la visión práctica de la empresa a las bien documentadas opiniones de los especialistas en este campo, se pueda ayudar a provocar los urgentes cambios que, a nuestro juicio, requieren en la actualidad los sistemas educativos europeos.
Educación para los europeos. Hacia la sociedad del aprendizaje.
Así pues, la visión crítica frente al plan Bolonia se fundamenta en la idea de que el poder económico europeo, representado por estos poderosos lobbys de conglomerados empresariales, ha sentado las bases de esta reforma universitaria.
La reforma universitaria es, por tanto, según sus críticos, una reforma fundamentalmente económica que pone a la universidad al servicio de la empresa privada, una realidad que ha querido camuflarse con los cambios que se juzgan positivos para desarrollar un espacio común de educación en Europa.
Los críticos al proceso de Bolonia han señalado varias vías por las que se implantaría la mercantilización de la universidad pública:
Equiparación práctica del horario estudiantil al de un horario laboral debida al aumento de las horas lectivas presenciales obligatorias que se requieren para aprobar la cantidad de créditos necesarios.
Se entiende desde los sectores críticos al plan de Bolonia que el cambio provocará una elitización de la enseñanza universitaria, en cuanto para acceder a ella será necesario disponer de mayores cantidades de dinero sin trabajar para ello, pues el aumento de horas presenciales obligatorias (especialmente en posgrado) dificultaría trabajar y estudiar al mismo tiempo.
Por otro lado, estos aumentos en los costes económicos (de tiempo y dinero) que supone la adaptación al EEES, no se compensan con un aumento eficaz de las ayudas y becas nacionales o europeas en este ámbito.
Profesionalización del estudiante: según sus críticos, en el proceso de Bolonia la universidad se concibe como productora de individuos válidos para introducirse en el mercado laboral europeo.
No se trata ya de desarrollar y transmitir conocimiento o incluso conocimiento con aplicación social sino de formar trabajadores.
En este sentido cualquier aplicación social del conocimiento va a tener que ser impulsada por empresas privadas y, por tanto, presumiblemente motivada por intereses privados.
Antes de firmarse la Declaración de Bolonia, ya existía la Magna Charta Universitatum, que había surgido de una reunión de rectores de universidades mientras celebraban en 1988 el 900º aniversario de la Universidad de Bolonia, la más antigua de Europa.
Un año antes de la Declaración de Bolonia, los Ministros de Educación Claude Allegre (Francia), Jürgen Rüttgers (Alemania), Luigi Berlinguer (Italia) y Tessa Blackstone (Gran Bretaña) firmaron la Declaración de La Sorbona en París, en 1998, comprometiéndose a “armonizar la arquitectura del sistema de educación superior europeo”. Los funcionarios franceses suelen referirse a ella como Proceso de La Sorbona/Bolonia.
Fuente: Wikipedia.
Nota: Recuerdo haber visto hace poco en la televisión española, a un profesor de la Universidad Complutense, decir "Si las empresas no han sabido manejar la crisis mundial de estos días, que es su área, ¿cómo pretenden manejar la educación?".
Tengamos cuidado con la "privatización" de la educación, que es lo que quieren ciertos "entes" hace mucho, y no van a cejar en el intento.
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