Se Olvidaron De Los Albergados En Una Escuela Para Adultos
Diario Norte Edición Digital - Viernes 17 de marzo de 2006.
Diecisiete familias sin techo que fueron albergadas en una escuela de Puerto Vilelas parecen haber sido olvidadas por las autoridades, ya que mientras fueron reubicadas las personas que se encontraban alojadas en otros dos establecimientos escolares, ellas siguen viviendo en pésimas condiciones. El cuadro involucra a una gran cantidad de niños.
Por si eso no fuera suficiente, además la situación ya hizo perder dos semanas de clases a los alumnos de la Escuela para Adultos 8, que es el edificio en el que esas familias fueron albergadas luego del violento desalojo policial efectuado el 5 de enero en un barrio Fonavi.
Como se recordará, en esa fecha fueron objeto de una brutal represión decenas de familias cuyos ranchos quedaron destruidos por un temporal a mediados de diciembre.
Al no tener ningún tipo de auxilio ni de la Municipalidad de Vilelas ni del gobierno provincial, ingresaron a casas que habían sido terminadas meses antes pero no se entregaban por cuestiones burocráticas, además de sobrevolar la sospecha de que la lista de adjudicatarios se había armado con criterios políticos. De allí fueron desalojados por la policía el 5 de enero.
Tras el desalojo, las familias reprimidas fueron repartidas en tres escuelas. Las personas que fueron albergadas en dos de esos establecimientos fueron reubicadas para permitir que el ciclo escolar en ellas comenzara normalmente.
Muchos grupos familiares recibieron módulos habitacionales provisorios, mientras se aguarda una solución de fondo, que será la construcción de un complejo de viviendas para todos. La obra será financiada con recursos nacionales.
Sin embargo, el gobierno no parece haber tenido las mismas ganas de habilitar el inicio del ciclo lectivo en la Escuela para Adultos 8.
Los estudiantes de ese establecimiento personas mayores que con mucho esfuerzo intentan completar el ciclo primario o que realizan cursos para aprender un oficio- pasan cada día por el colegio para averiguar si las clases comienzan de una vez, y se encontraron hasta ahora con la misma noticia: no hay novedades a la vista.
En los alumnos la inquietud crece, porque además de no verse ningún movimento que indique que los albergados serán reubicados, aunque si hubiera que reacondicionar el establecimiento llevaría varios días. Los baños están desbordados, y el estado general del edificio es lamentable.
Obviamente, ni los alumnos ni los docentes responsabilizan por ello a las familias que fueron desalojadas, sino a la falta de interés que el Estado mostró hasta ahora por darles una salida digna a esas familias.
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