Decae El Interés Por Ser Docente
La NaciOnline - 07/01/2007.
En la Capital Federal. Baja el ingreso en los profesorados.
En los últimos cinco años, el número de alumnos inscriptos para la carrera docente en la ciudad de Buenos Aires bajó el 10%, en buena medida por la competencia de otras carreras terciarias con rápida salida laboral y porque muchos docentes deciden no ejercer luego de recibirse. El fenómeno preocupa a las autoridades porteñas.
El distrito necesita aumentar el número de ingresantes en sus profesorados, sobre todo los de nivel inicial y primario, porque el elevado número de jubilaciones que se están produciendo provocará una rápida renovación de la planta docente y aumentará así la demanda. A esto se suma que muchos estudiantes tardan en recibirse porque tienen que trabajar, además de estudiar.
En la ciudad de Buenos Aires hay 66.581 docentes tanto en las escuelas públicas como privadas. Del gobierno porteño dependen 13 institutos de formación docente para la enseñanza inicial y primaria, y 9 institutos superiores para la enseñanza en el secundario. La percepción general de que el distrito porteño está saturado de maestros es cosa del pasado.
Si bien a principios de esta década el censo nacional docente mostró un pico de aspirantes a trabajar en la enseñanza, la ciudad de Buenos Aires muestra hoy un panorama diferente. En este momento no faltan maestros -aseguran desde el gobierno porteño-, pero se necesitarán más en los próximos años.
"No tenemos falta de maestros, aunque en áreas específicas, como la de profesores de idiomas, hay alguna dificultad. Y la demanda de docentes será mayor", dijo a LA NACION Andrea Alliaud, directora general de Educación Superior del Ministerio de Educación porteño.
La baja se siente principalmente en la formación de docentes de nivel inicial y primario. En el primer caso, la matrícula al inicio de 2005 fue de 3933 alumnos y el año pasado bajó a 3198. Para el primario, si bien en 2006 subió levemente respecto del año anterior, el cambio no resulta por ahora significativo: pasó de 2728 inscriptos a 2903.
En el área de idiomas hubo 2296 matriculados, en 2005, y 2244 en 2006. Hay que considerar, incluso, que la nueva ley de educación nacional establece la obligatoriedad de la enseñanza de un segundo idioma.
Distinto es el caso de los alumnos que siguen la carrera docente para ser profesores en el secundario. En este nivel la matrícula viene creciendo: de 7880 en 2005 a 9815 el año pasado. "Que el nivel medio crezca tiene que ver más con la elección de una especialidad que con la docencia. Las carreras más especializadas crecieron en desmedro de las generalistas", explicó Alliaud.
Según Pablo Pineau, profesor del Normal N° 2 Mariano Acosta, "hace cuatro años parecía que el mercado era muy cerrado y que estaba saturado, y resulta que ahora por las jubilaciones se abrió. Mis alumnos se reciben y entran a trabajar, lo cual era imposible de pensar hace unos años".
El docente agregó: "No veo políticas de retención de matrícula y no hay buenos canales de información para los chicos. También hay que rever los planes de estudio. Es importante elaborar políticas concretas para revertir la situación".
El Ministerio de Educación porteño lanzó el año pasado un plan de 300 becas que se destinaron tanto a los ingresantes en la carrera docente como a quienes ya la habían iniciado. Este año serán 400 las becas, que se destinarán en su totalidad a los ingresantes en la carrera que hayan terminado el secundario en 2006.
Se trata de una ayuda económica anual de 437 pesos por mes. Para obtenerla el alumno tiene que contar con un rendimiento promedio del secundario de 7 puntos, no tiene que trabajar y deberá mantener una cursada regular de las materias. "Como programa de la ciudad es inédito y se implementó no sólo por la baja en la matrícula, sino también por el cambio del perfil económico de los alumnos", indicó Alliaud.
El gobierno porteño también extenderá el programa de tutorías para que haya más docentes que cumplan la función de guiar a los alumnos, para que puedan anticipar problemas y plantear soluciones.
Otra acción que se llevará a cabo este año es la evaluación de los planes de estudio para ver si presentan obstáculos y entonces modificarlos. En 2002 hubo una reforma curricular en los profesorados de nivel inicial y primario, cuya carrera tiene una duración de tres años en la ciudad de Buenos Aires. La nueva ley de educación nacional agrega un año más de carrera, es decir, cuatro.
A la baja de inscripciones para la carrera docente se suma que muchos alumnos se demoran más de los tres años previstos para completar los estudios. También están quienes se reciben pero no ejercen la profesión, ya sea porque no pueden dejar el trabajo que ya tienen por cuestiones económicas o porque utilizan el título docente como una herramienta para insertarse en otros ámbitos laborales.
"En nuestro caso la caída fue abrupta en 2002, cuando hubo un 30% menos de alumnos que ingresaron y luego se estabilizó. La deserción fue para el nivel primario", estimó Martha Ordón, rectora del Normal N° 1.
La docente señaló: "Lo que más cambió la característica de la matrícula es la necesidad de salir a trabajar, por lo cual tenemos chicas en el profesorado casadas y hasta con hijos que retomaron la carrera, pero también por una cuestión vocacional. Observo una vuelta hacia lo vocacional".
Por Laura Casanovas
De la Redacción de LA NACION
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