La Herida Abierta de Margarita Belén
Diario Norte - Sábado, 13 de Diciembre de 2008.
El jueves 2 de mayo del 2001 el entonces jefe del Ejército Argentino, teniente general Ricardo Brinzoni, recibió en su despacho del Edificio Libertador, para una entrevista exclusiva, al periodista Vidal Mario, enviado especial de NORTE.
El reportaje, publicado el domingo 5 de mayo, cambió la historia de la causa judicial de la masacre de Margarita Belén al admitir oficialmente, el alto jefe militar, que los prisioneros habían sido ejecutados.
“Hoy yo también creo que lo de Margarita Belén no fue un enfrentamiento. Me cuesta decirlo, pero aquello fue un fusilamiento encubierto de detenidos que estaban en la U7”, reconoció quien en 1976 se desempeñaba como secretario general de la Gobernación del Chaco.
Tales confesiones no solamente causaron conmoción a nivel nacional, sino que dieron un giro de 180 grados a las investigaciones judiciales que se encontraban empantanadas.
Hasta entonces la Justicia tenía una sola historia, la oficial, que hablaba de hombres que se dieron a la fuga cuando eran trasladados a Formosa. Pero a partir de aquella entrevista ya no habían fugados sino desaparecidos.
Auat: “Bisagras que cambiaron la historia jurídica”
En declaraciones a NORTE, el doctor Jorge E. Auat, fiscal general a cargo de la Unidad Fiscal de Coordinación de Seguimientos de las Causas por Violaciones a los Derechos Humanos Cometidas Durante el Terrorismo de Estado, dependiente de la Procuración General de la Nación, apuntó lo siguiente:
“Aquellas declaraciones vinieron a confirmar lo que ya sostenía la denominada Causa 13, de que lo de Margarita Belén fue un crimen. El Ejército mantuvo durante años la historia del enfrentamiento armado. Sin embargo, cuando Brinzoni confesó que en realidad fue un fusilamiento encubierto de prisioneros el contexto jurídico de la causa cambio como el día y la noche.
En la historia oficial, la del enfrentamiento armado, había personas que ellos daban como “fugados”. Diseñaron la cortada de la fuga y se aferraron a ella como a una tabla de salvación. Pero cuando el propio comandante en Jefe del Ejército contó que se trató de un crimen, desapareció toda posibilidad de que alguna persona se haya fugado. Dijo que fue fusilamiento y, de un momento a otro, ya no había fugados sino desaparecidos.
Así que las confesiones de Brinzoni a NORTE fueron bisagras que cambiaron la historia jurídica de los sucesos de Margarita Belén, en tanto y en cuanto las personas supuestamente fugadas eran prisioneros que fueron sacados de donde estaban y, en el camino, desaparecieron”.
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