Caso "Arquitextos": Cuando la moralina pide que rueden cabezas
* Por Nidia Piñeyro *
No soy poeta, pero sí lectora de poemas, novelas, ensayos, obras de teatro, guiones de cine, discursos políticos, académicos, blogs, cartas, folletos, instructivos, propagandas, publicidades, programas de televisión y periódicos. Soy lectora desde los cinco años y docente desde hace veintidós.
No soy crítica literaria pero sé distinguir distintos objetivos de acuerdo a distintos textos. Nunca le he pedido a un poema un mensaje moralizante, no corresponde. Tampoco a una novela que se parezca a la realidad. Hasta he escuchado a muchos políticos hablar en tono de promesa y no he tenido la fuerza necesaria para reclamarle coherencia, tan acostumbrada estoy a consumir esos discursos como si fueran de cartón, cartón electoral pintado.
Hoy pido la palabra para alertar de una atmósfera de control que se va cerrando en ámbitos donde la libertad es vital, imprescindible. La pretensión de control de la palabra es un síntoma de retroceso siempre. Pero en esta ocasión viene con una exigencia extra: pedido de separación del cargo a la Directora del Área de Literartura.
Con apenas un día de diferencia, en los diarios se difundieron dos acontecimientos que tienen como protagonista al Instituto de Cultura de la Provincia. En una de ellas, se recibe con beneplácito la publicación de obras literarias para niños y en la otra se acusa a sus directores de incurrir en apología de pedofilia.
No es necesario decir que la Dirección de Literatura del Instituto de Cultura cuenta con una conducción de excelencia. No es necesario pero parece que hay que decirlo, la mejor gestión en cultura en años la estamos disfrutando en este período de gobierno.
Nos asusta la palabra cópula. Nos asusta leer “niño” al lado de “coger”. Nos asusta que se hable de sexo en los libros y en las escuelas. Nos escandaliza más la apología de la pedofilia que la pedofilia misma.
¿Por qué no se nos ocurre lo mismo cuando vemos los avisos de servicios que vemos todos los días en los diarios ofreciendo bebotas, colegialas, dúos de jovencitas que están a disposición de los adultos de esta sociedad? ¿Por qué no reaccionamos de la misma manera cuando en la televisión que emite por aire o por cable aparecen los negocios sexuales de tipo llame ya?
Estamos de acuerdo en que con dinero público no se puede financiar cualquier cosa. Ese es un debate otro. Pero la verdad es que leo el poema publicado en Norte y no encuentro incitación a la pedofilia. Leo un poema que habla de la cópula, en muchos sentidos, que la mención a los niños no es en presencia de un adulto como sí lo hacen explícitamente los policiales de los diarios, la televisión y la crónica periodística ilustrando una realidad inaceptable.
Si el grupo de docentes de Du Grati y dirigentes políticos de distintos niveles necesitan ver rodar la cabeza de la Dirección de Letras debe ser por otras cuestiones. Esos libros no llegaron a las escuelas, fueron pensados para otros lectores. Hay libros de la misma entidad pensados para ese público de excelente nivel.
Estoy harta de ver cómo la presión de un puñado de lectores incompetentes y escuchas fanatizados ven al diablo en todas partes y trasladan sin mediar reflexión sus temores de corrosión moral a las autoridades políticas. Me pregunto si los dirigentes están al tanto de cuántos ateos inorgánicos, lectores comprometidos, trabajadores de la palabra, también votamos, aunque no hagamos loby, porque somos inorgánicos, nomás. ¿Qué harían con Oscar Wilde, Safo de Lesbos, Sade o el mismo Villordo? ¿Todos a la pira?
* Fundación Encuentro por la Vida / Cultura y Democracia Ambiental
Diario Nalá - Viernes 30 de julio de 2010.
0 Comments
Publicar un comentario
<< Home