Docentes del Chaco y Sus Vivencias -Argentina- "Un pueblo inculto es más fácil de dominar"

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lunes, enero 10, 2011

Lucha de primates

Según he podido saber, hay un libro sobre el tema de la mujer que está arrasando en Europa. Se titula “El conflicto, la mujer y la madre”, y está escrito por la filósofa francesa Elisabeth Badinter.

En este best-seller, la autora habla de la emancipación de la mujer, de los mitos de la biología y afirma que el movimiento naturista actual convierte a las mujeres en primates, ya que ensalza desmesuradamente la maternidad, entorpeciendo de ese modo la verdadera liberación de la mujer.

Más concretamente, esta autora afirma que “no existe el instinto de maternidad”, y que el peor enemigo de la igualdad entre sexos es que consideremos que “la mujer ha de ocuparse absolutamente del bebé, amamantarlo hasta los dos años, centrarse en él y apartarse de sus expectativas profesionales”, lo cual la devuelve a la sumisión y a la subordinación.

Resulta tremendamente curioso. Según las reglas del machismo, las mujeres –para ser buenas mujeres- deben quedarse en casa y cuidar de los hijos. Según las reglas del feminismo, las mujeres –para ser mujeres actuales- deben descentrarse de sus hijos para liberarse profesionalmente fuera de casa. En resumen; siempre habrá algún ... iluminado que les diga a las mujeres cómo deben pensar, cómo deben comer o cómo deben hacer sus necesidades fisiológicas.

Desde esta perspectiva de tomar a la mujer como un ser incapaz de pensar y actuar por sí mismo, “El manual de la buena esposa” de la dictadura franquista o este “El conflicto” de la Europa actual son hijos de la misma madre. Al margen de machismos y feminismos, en el mundo hay mujeres que tienen instinto de maternidad y hay mujeres que no. Hay mujeres que desean trabajar fuera de casa y mujeres que no. Pero eso no es dramático. Lo dramático es que las mujeres se vean constantemente bombardeadas para que decidan tener o no tener hijos según la dictadura ética del momento.

Para muchas mujeres, el problema de decidir ser madre o no poco tiene que ver con este tipo de filosofías de alcantarilla. En realidad, es algo mucho más mundano. El problema de decidir ser madre o no –al margen de la propia voluntad- es la dependencia económica de la mujer cuando el marido es el único que trabaja, lo cual puede, efectivamente, subordinarla a él.

Sin embargo, se entiende que eso sucede en relaciones donde los miembros de la pareja no mantienen una relación equilibrada; una relación donde el marido, por el hecho de ser el que trabaja fuera del hogar, posee mayores privilegios que la mujer que trabaja dentro del hogar. Pero, en este caso, el problema no es la liberación de la mujer, sino que dicha mujer se ha equivocado al elegir a un primate que todavía no ha evolucionado. Si un hombre no posee la capacidad y, sobre todo, la necesidad de cuidar, oler, cambiar y bañar a su propio hijo, de compartir con su mujer esa experiencia, es que tiene alguna tara. Pero, en esto, cada mujer elige.

En fin; si una mujer quiere dejar a su hijo en una guardería nada más nacer para trabajar, está en su perfecto derecho. Pero también es legítimo que una mujer prefiera criar a sus hijos hasta su mayoría de edad. O toda la vida. O criarlos hasta los dos primeros años, tan esenciales.

En todo caso, y teniendo en cuenta que la mujer es la única que puede parir, el Estado debería facilitar la salida y reingreso de la mujer en el mercado laboral, así como garantizar la prestación y el ajuste de horarios correspondiente por parte de las empresas durante un periodo decente de crianza. Esa es, en fin, la única evolución posible en la igualdad de los sexos.

http://blogs.periodistadigital.com/ultimogrito.php/2010/12/01/p284375#more284375


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