Votar El Domingo, ¿Es Deber o Contratiempo?

El Diario de la Región - jueves 20 de octubre de 2005.

Marca la ley que votar es obligatorio (a excepción de casos específicos). Siendo un acto ineludible, se supone un estado de conciencia y responsabilidad sobre tal elección. ¿Es así? ¿Sabemos qué votamos y la implicancia del acto cívico?

Según la estadística que marca la consultora de Rabossi, el 5% de los consultados está indeciso, cómputo que tal vez, se quedó corto. ¿Indeciso significa que no se tiene idea de a quién votar o es que se presentó el dilema que sopesa quién es merecedor, de quién se espera más y mejor (o su contrapartida, elegir por el mal menor), y por lo tanto es una determinación donde la indecisión es producto de una cuidadosa elaboración mental?

El común decir de la gente: "todos son iguales", "los políticos prometen en estos días y después no cumplen", "no trabajan para el pueblo sino para ellos mismos", "al final, votar a cualquiera da lo mismo"; sugiere que son muchos los desencantados, cuya expresión desgarradora y triste (para nosotros, como pueblo) tuvo su culminación en el "que se vayan todos" (frase por lo demás, que peca de contrasentido porque, si se van "todos", queda "nadie", y con "nadie" sólo se puede hacer "nada"), pero frase al fin que sintetiza el rechazo a la corrupción, a la falta de huevos para defender los intereses del pueblo, a la ineptitud para manejar las riendas del Estado, y otros muchos etcéteras.

La indiferencia suele ser producto del desencanto, también de la falta de compromiso, del error de suponer que "uno" no hace al cambio. "Total, mi voto ni suma ni resta" .

¿Se vota al candidato con el que se comulgan los propios ideales e intereses? ¿Se vota a ciegas, con lealtad, al partido militante? ¿se vota por tradición a un estilo de gobierno? ¿se vota con desgano, ante una obligación incómoda? ¿se vota al carisma, al discurso? ¿votar implica en verdad la posibilidad de producir el cambio?

Dentro de poco, entraremos al cuarto oscuro. De frente a la mesa con las boletas desplegadas, la urna, y nosotros mismos, sin caretas, cumpliendo un deber trascendente: dar el gobierno, para que nos gobiernen.

LA VOZ DE LA GENTE

Casualidad o emergente colectivo, la mínima e informal encuesta realizada por este matutino mostró un alto grado de indecisión, de desencanto y pesimismo. Claro que ciertas voces se alzaron claras y concretas sobre el candidato que votará en las elecciones del domingo. La pregunta disparador fue: ¿Hoy (jueves) ya tiene la decisión tomada sobre a quién votará? A continuación, algunas respuestas de la veintena de personas consultadas.

Eulalia respondió en un decidido truco: "La tengo totalmente clara; los escucho y cada vez estoy más desencantada. Escuchás palabras huecas, sin contenido", y en un quiero vale cuatro espetó: "Las boludeces que dicen ¿y a ellos les vas a entregar el país? Voy a votar al mismo de siempre, a Clemente, el único creíble porque no tiene manos".

Con disposición semejante, Horacio observó que "cada vez somos más individualistas, todos estamos en el sálvese quien pueda. No hay proyectos de grandeza". Viviana, sin embargo tiene otra visión: "Sí, la tengo clara, sé a quien tengo que votar, por fidelidad y por compartir principios, al peronismo".

Otra Viviana también ya sabe a quién va a dar su voto. "Y voy a votar con ganas. Escuché todas las propuestas y lo voy a votar a Rozas, por lo que hizo acá; me convenció la persona, me gusta como político. Calculo que si está en el poder, va a hacer más por nosotros. Y aclaro, que mi elección no tiene nada que ver con el partido".

Pando se justifica: "Lo que pasa es que vengo de alta velocidad y no me puse a pensar aún a quien voy a votar. La verdad, supe de las elecciones cuando vi pasar dos días atrás una caravana política. Hoy te diría que no sé. Conozco sólo a algunos candidatos, otros, no sé quiénes son".
La joven Raquel ha tomado una decisión radical: "Voy a romper el voto que ponga en el sobre, no me representa ninguno de los candidatos, no confío en nadie, no me convencen las alternativas".

Sergio considera que "todavía estoy a tiempo de sopesar quién va a ser mi candidato. Pero creo que voy a definirlo cuando esté frente a la urna. No lo tengo aún claro pero ya sé que son todos iguales". Hernán sí sabe de su elección: "Apuesto a Rozas, por lo que demostró siendo gobernador".

Fernando deja ver por sus palabras que es un verdadero apolítico: "Estoy fuera del tema, sé quienes son algunos de los candidatos, pero no tengo gran expectativa por ninguno".
Daniel continúa dirimiendo: "No mastiqué las propuestas de todos, no me he inclinado por alguien, ni tampoco voy a votar porque es de tal partido...".

Como se decía al inicio, la mínima encuesta realizada advierte una importante desinformación en la gente, mucha apatía e indiferencia que conviven con otras que guardan fidelidad al partido o fe en la persona por votar.

Y para los indecisos -que pareciera, no son pocos- sépase que un voto en blanco, no le hace bien a nadie y en todo caso indirectamente se le está otorgando a alguien (probablemente, a quien se pretende castigar).

El voto es un grano de arena, y sin granos de arena no es posible una playa.