Miércoles De Ceniza
Diario Norte Edición Digital - Miércoles 01 de marzo de 2006.
Con el miércoles de ceniza se inicia hoy la Cuaresma en los templos católicos. Finalizado el carnaval, la Iglesia Católica inicia hoy, con el miércoles de ceniza, uno de los períodos fuertes del año litúrgico, la Cuaresma, que como su nombre lo dice son cuarenta día de preparación para la celebración de los misterios de su muerte y resurrección en la Semana Santa.
La imposición de las cenizas que se realiza hoy en todos los templos, recuerda que la vida en la tierra es pasajera y que la vida definitiva se encuentra en el Cielo. La Cuaresma comienza en un tiempo de oración, penitencia y ayuno. Cuarenta días que la Iglesia marca para la conversión del corazón.
Las palabras que se usan para la imposición de cenizas, son: "Concédenos, Señor, el perdón y haznos pasar del pecado a la gracia y de la muerte a la vida". "Recuerda que polvo eres y en polvo te convertirás‘. "Arrepiéntete y cree en el Evangelio".
Antiguamente, los judíos acostumbraban a cubrirse de ceniza cuando hacían algún sacrificio y los ninivitas también usaban la ceniza como signo de su deseo de conversión de su mala vida a una vida con Dios.
En los primeros siglos de la Iglesia, las personas que querían recibir el sacramento de la Reconciliación el Jueves Santo, se ponían ceniza en la cabeza y se presentaban ante la comunidad vestidos con un ‘hábito penitencial‘. Esto representaba su voluntad de convertirse.
En el año 384, la Cuaresma adquirió un sentido penitencial para todos los cristianos y desde el siglo XI, la Iglesia de Roma acostumbra poner las cenizas al iniciar los 40 días de penitencia y conversión.
Las cenizas que se utilizan se obtienen quemando las palmas usadas el Domingo de Ramos del año anterior. Esto recuerda que lo que fue signo de gloria pronto se reduce a nada. También fue usado el período de Cuaresma para preparar a los que iban a recibir el Bautismo la noche de Pascua, imitando a Cristo con sus 40 días de ayuno.
La imposición de ceniza es una costumbre que recuerda que algún día vamos a morir y que nuestro cuerpo se va a convertir en polvo. Enseña que todo lo material que se tiene aquí se acaba. En cambio, todo el bien que se tiene en el alma no se lo lleva a la eternidad.
Al final de la vida, sólo se lleva lo que se haya hecho por Dios y por los hermanos los hombres. Cuando el sacerdote pone la ceniza se debe tener una actitud de querer mejorar, de querer tener amistad con Dios. La ceniza se la impone a los niños y a los adultos.
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