Educación Y Proyecto De Vida
"La igualdad de oportunidades educativas, indiscutibles como principio, no siempre se da en la realidad.
Esto nos obliga a tomar conciencia de que, en el estado actual de nuestra sociedad, la desigualdad educativa constituye una grave injusticia social, porque afecta, no ya a aspectos accidentales del bienestar individual, sino a lo más esencial e íntimo de la personalidad, como es su propio perfeccionamiento, y además, porque condiciona negativamente el resto de la vida de muchos compatriotas y hermanos nuestros, dando lugar a nuevas desigualdades sociales que una adecuada educación podría evitar o al menos atemperar.
Por ello, la igualdad de oportunidades educativas, como derecho efectivo y concreto y no sólo como simple declaración de principios o expresión de deseos, debe ser una meta permanente y prioritarios de toda política educativa, máxime en un país democrático.
En este sentido debe señalarse que la gratuidad de la educación sistemática constituye un indudable progreso, aunque por sí sola no resuelve el problema de los sectores sociales marginales, ni el de las regiones menos desarrolladas del interior, ni tampoco el de las personas minusválidas, situaciones para cuya solución se requiere un esfuerzo adicional de la sociedad y el Estado, fundado en inexcusables deberes de solidaridad social.
Por otra parte, el justo énfasis puesto en la defensa del principio de igualdad de oportunidades no debe hacernos olvidar que tal principio no exime a nadie del esfuerzo personal inherente a toda actividad educativa ni que, sobre todo en los niveles superiores del sistema, la igualdad debe darse "en función de los méritos respectivos"
(Declaración universal de los derechos del hombre; art. 26.1).
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