El Físico Que Abandonó La Ciencia Y Creó Escuelas
La NaciOnline - 10/09/2006.
SAN CARLOS DE BARILOCHE.- Desde sus ventanas pueden verse las agujas nevadas del cerro Catedral. Entre calles polvorientas y embarradas, asoman las alegres paredes de la escuela secundaria Aitué, que significa ´lugar querido en lengua mapuche. Es en el barrio 2 de Abril, uno de los más postergados de Bariloche. En el interior del edificio, hay una estrecha y modesta oficina, la de Gustavo Gennuso, el director, que abandonó la investigación científica y apostó por una educación liberadora en los barrios más pobres de la turística Bariloche.
Don Gustavo, un ingeniero nuclear que se capacitó en el Instituto Balseiro y trabajó en el Centro Atómico Bariloche, se embarcó en un ambicioso proyecto educativo cuando los aires de la democracia volvieron a soplar en el país.
Hoy preside la Fundación Gente Nueva e impulsa las nueve escuelas de gestión social creadas por su iniciativa.
"Nuestro objetivo es llevar educación de calidad a los sectores más pobres. Queremos una educación que les dé protagonismo, que sea liberadora. Trabajamos con escuelas abiertas para escuchar a la comunidad y desarrollar proyectos de organización comunitaria", explicó.
El proyecto educativo surgió en 1983 en el barrio Virgen Misionera. En 1989 se creó la Fundación Gente Nueva y, en 1999, la actual red de escuelas, que hoy tiene anexos en otros dos barrios de la periferia de Bariloche: Villa Llanquihue y Arrayanes.
Comprende jardines maternales, primarias, secundaria diurna y nocturna, y talleres de capacitación laboral.
"Son escuelas de gestión social, donde toda la comunidad intenta un tipo de gestión diferente. Todos tienen voz y voto", añadió Gennuso. Las escuelas tienen 1600 alumnos; son de acceso gratuito y cuentan con aportes del Estado que ayudan a su sostenimiento. Albergan a jóvenes que vienen de fracasos escolares y a muchos que entraron en la delincuencia.
"Son los chicos y adolescentes que nadie quiere, que son rechazados por mala conducta o han repetido", reseñó el director. Las aulas no están superpobladas. "No queremos escuelas grandes. Buscamos la personalización, que cada alumno sea una persona", explicó.
Y al describir la fuerte crisis del sistema educativo, precisó: "Hoy, la educación está inmersa en una crisis sistémica muy profunda que tiene que ver con la sociedad. Las consecuencias las veremos dentro de siete o diez años. Se perdió la utopía de un proyecto educativo y hoy el docente está abandonado a su suerte".
Gennuso dijo que su fundación busca darles protagonismo a sectores más pobres, para que sean transformadores de su realidad. "La construcción de un país debe darse de la periferia al centro, no al revés", añadió.
"Queremos que de nuestras escuelas salgan jóvenes y adultos transformadores, con conciencia crítica. No me interesaría que se recibieran cien abogados que luego salieran a perjudicar al prójimo. Pero sí pretendo que haya diez personas que reaccionen, que protesten y exijan sus derechos como ciudadanos", concluyó.
María Argel.
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