Los Docentes, Escépticos Frente A La Nueva Ley De Educación
La NaciOnline - Sábado 10 de febrero de 2007.
Los cambios que se esperan en las aulas. Las principales dudas giran en torno del financiamiento y la capacitación.
"Todavía hay que ver." Con marcado escepticismo, los maestros prefieren encender una luz de alerta frente a la expectativa generada por la nueva ley de educación nacional, que empezará a regir el mes próximo, con el comienzo de las clases, tras ser promulgada en diciembre de 2006.
Esto se desprende de un sondeo realizado por LA NACION entre docentes que asistieron esta semana al 44° Curso de Rectores del Consejo Superior de Educación Católica (Consudec), en el predio de la Sociedad Rural, donde la cautela de los maestros fue la nota dominante.
"Leí el proyecto en casa, pero no noté grandes cambios -dijo Mónica Gómez, profesora de danza en la Escuela Municipal N° 93 de Isidro Casanova-. En palabra está todo bien, pero no es la primera vez que se cambia el sistema. Hay que ver si se cumple."
La norma, que reemplazará a la polémica ley federal de educación sancionada en 1993 durante el gobierno menemista, con el respaldo del justicialismo, unificará el sistema educativo en todo el país y restablecerá el tradicional esquema de la escuela primaria y el secundario, y dejará a un la lado la escuela general básica y el polimodal.
A partir de 2010, además, la inversión educativa en todo el país debe llegar al 6% del PBI, cláusula que ya existía en la ley derogada. En la clausura del encuentro, que reunió a más de 2000 educadores de colegios públicos y privados de todo el país, el ministro de Educación, Daniel Filmus, advirtió ayer: "El cumplimiento de la ley depende de lo que cada comunidad ponga de su parte. Las leyes nos marcan caminos".
Al responder a LA NACION, María Cristina Ceballos, profesora de matemáticas del Colegio Cardenal Newman, de Boulogne, rescató el espíritu de inclusión que entraña la nueva ley: "La inserción de los chicos discapacitados en el sistema educativo me parece una idea innovadora". Pero aclaró: "En otros aspectos, seguimos en la misma. Por ejemplo, continúa sin solución el problema de los profesores «taxi»".
Ceballos aludía a los docentes que trabajan en varios establecimientos a la vez, práctica que, se lamentan los maestros, dificulta el acercamiento al alumno. Aunque la nueva ley considera esta situación, para Patricia Colombo, profesora en varias escuelas públicas de Lanús, es imposible unificar toda la carga horaria de un maestro en una misma escuela.
La nueva ley obligará a las provincias a elegir este año una estructura de 6 años para primaria y otros 6 para secundaria o una división de 7 y 5 años. "Con todos estos cambios, los padres no saben cuándo terminan sus hijos el colegio. Así se confunde a la gente", dijo quejándose Ricardo Riedel, vicedirector del Instituto Martín Miguel de Güemes, de Moreno.
Gladys Vera enseña en el Colegio Polimodal N° 61 de Balcosna, Catamarca, desde donde viajó para el curso del Consudec. "Siempre que se implementa una nueva ley -dijo-, los maestros esperamos que se la acompañe con equipamiento, con recursos. La ley federal nos obligó a actualizarnos, a aprender nuevos métodos de enseñanza, pero se quedó en eso. No hubo cambios de infraestructura. A la nueva ley hay que aterrizarla."
Carolina Wheeler, profesora de plástica del Colegio Marín, de San Isidro, teme que la nueva norma sufra el mismo destino que su antecesora: "La ley federal nunca llegó a instrumentarse. Se dijo que se iban a eliminar las escuelas rancho. Eso nunca sucedió".
Otro de los puntos relevantes de la ley de educación nacional es el énfasis en el perfeccionamiento de los maestros. Con el fin de apuntalar la calidad de la actividad pedagógica, el Estado creará el Instituto Nacional de Formación Docente.
"Hoy no sólo enseñamos: también somos asistentes sociales y psicólogos. Necesitamos entrenamiento para cumplir esas funciones. Y no todos los cursos llegan al interior", declaró Marilú Tasano, maestra en la Escuela Padre Brentana, de Cipolletti.
María Gabriela García, también del Colegio Marín, se expresó en el mismo sentido: "La gente no sabe cuánto nos cuesta actualizarnos. Muchos de los cursos los pagamos nosotros. Me parece bien que la ley le dé importancia a la capacitación docente. Ojalá que se ponga en práctica".
Muchos maestros reconocieron que no tenían un conocimiento profundo de los cambios que se vienen. Adriana Linares, por ejemplo, sabe que se igualarán los contenidos curriculares en todo el país, pero no mucho más. "No nos informaron lo suficiente, por lo menos en mi provincia", confesó la docente del Instituto Santa Rosa, de Venado Tuerto, Santa Fe.
Con la nueva ley, se extenderá la obligatoriedad del aprendizaje a 13 años, desde el preescolar hasta la finalización del secundario. "La ley es un montón de buenas intenciones. ¿Cómo obligás a ir al colegio a un chico que no tiene para comer?", afirmó Pablo Safigueroa, del Colegio de las Victorias, del barrio porteño de Boedo.
La mayoría de los maestros mantiene reserva y espera que se produzcan resultados concretos. La verdad comenzará a develarse el próximo 5 de marzo, cuando suene el primer timbre de la mañana y las aulas se pueblen otra vez.
Manuel Crespo
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