Nuestra cultura, una Lotería ...

08/10/2010

“Nuestra cultura, una Lotería…”

* Por Maia Jarumi Nishishinya *

Desde más de tres décadas atrás, con la construcción del puente Gral. Belgrano, por ende la instalación de un obrador en la costa, fue formándose lo que hoy se conoce como el Barrio San Pedro Pescador. Paulatinamente sus habitantes, organizados alrededor de la actividad pesquera, fueron asentándose, construyendo sus viviendas, una escuelita, una salita de salud, haciendo caminos, “haciendo pueblo”.

No es cualquier barrio, tiene la peculiaridad de ser un barrio de pescadores, con una iconografía propia que devela su identidad, y que al pasar por allí, uno puede apreciar sus costumbres particulares, observarlos tejer sus mallones, arreglar sus canoas, y esas mujeres tan presentes, que organizan sus hogares mientras sus hombres descansan para volver al río de madrugada.

Hoy se ven amenazados, luego de haber sido anoticiados recientemente, más precisamente el 15 de agosto, por el Presidente de Lotería Chaqueña el Dr. Daniel Pascual, quien hace un llamado a licitación para la construcción de un Centro Integral de Entretenimientos “Antequeritas”, detrás de ese nombre, vale aclarar, se esconde un Casino. Nada más antagónico que un casino (juegos de azar = improducción) en ese lugar de producción (pesca, manufactura de alimentos a base de pescado, venta de los mismos...)

Paradójicamente, en esta ocasión es la decisión política de un gobierno peronista ¿“nacional y popular”? la que vendrá a alterar su estilo de vida, impactando negativamente sobre sus costumbres e idiosincrasia, es el mismo gobierno que lleva como eslogan “chaco, todas las culturas”. ¿Hacia dónde nos llevan “compañeros”?, los noventa ya los transitamos de la manito del “necesariamente” inolvidable gran impostor, vendepatria que decía: “siganme, no los voy a defraudar”. Compañeros no aprieten “replay”, no jueguen a la ruleta con nuestras vidas. Podrían acercarse un poquito más a la ideología de la que partieron, reivindicando la lucha social y popular y la memoria de tantos “cumpas” asesinados por luchar por una patria Justa, Libre y Soberana.

Para contestar públicamente a las declaraciones del Sr. Pascual, quien refiere en varios medios que quienes se oponen al casino no son pescadores, a los que denomina despectivamente “remo cero”, que son de la oposición, etc... Sr Pascual: ¡no hace falta ser pescador para estar en contra de la instalación de un casino en ese lugar, ni ser de la oposición, ni es condición ser ambientalista!. Sólo hay que ser respetuoso de una cultura, la de los pescadores, sólo hay que “escuchar” lo que ellos necesitan, ¡que no es precisamente un casino!, sino que terminen su escuela, construcción frenada “por falta de presupuesto, según expresan que les dijeron”, mejores condiciones para su salita de salud, el título de propiedad (que Ud. les promete “gratis” ¿a condición de la aceptación de ese casino?).

NO AL CASINO reclamamos: pescadores, no pescadores, de la oposición y muchos peronistas, que no se animan a manifestarse públicamente, y es comprensible, temen perder sus empleos, sus becas…Algunos temen ser juzgados de “gorilas” sólo por oponerse, ¡cuando una decisión como ésta es propia de gobernantes gorilas que favorecen a los intereses “oligarcas”!, el grueso del dinero ¡se llevan los inversores privados!, con este emprendimiento lo único que “progresa” es el bolsillo de pocos.

No se justifica, ni siquiera que Lotería Chaqueña se lleve “un vueltito” de todo esto para “invertir en acciones sociales y culturales (paradójicamente)”, no se justifica que sea a costa de comenzar a quebrar, a aniquilar una cultura, ya que todos sabemos, no sólo los habitantes de ese barrio, que éste es el comienzo, que luego siguen otros inversores interesados en esa costa, en saquear como “grandes aves de rapiña” lo que se revalorizaría con la defensa, el casino, etc... Una manera legal y elegante de expulsar es favorecer los trámites para que los habitantes tengan “su título de propiedad” y luego comprarles “su hogar” por dos mangos y venderlos por millones.

Así de “pescadores” pasan a estar hacinados en villas marginales, de “pescadores” a “limpia vidrios, cuida autos”, entre otros oficios menos felices. Si bien esto afecta directamente a un sector, nos afecta a todos como ciudadanos, un casino no nos enriquece ni culturalmente, ni como sujetos. Un Casino al igual que los Shopping son espacios sin cualidades que se reproducen igual en todos lados, donde no hay historia y el sujeto adquiere una identidad universal de mero consumidor de objetos y servicios. Un espacio privado, monumental, donde es difícil construir sentidos y verdaderos vínculos sociales.