Hacia el Congreso de Docentes de Nivel Secundario (clase teórica de oratoria política oficial)
"Para jerarquizar el rol docente"
*Por Francisco Romero
*Ministro de Educación, Cultura, Ciencia y Tecnología (de Chaco)
“Nadie es, si prohíbe que otros sean”. Son estas palabras de Paulo Freire las que quizás resulten más adecuadas para establecer uno de los pilares sobre los que se construyó la situación de riesgo educativo en el que nuestro sistema formal de educación hoy se encuentra. De alguna manera, hay sectores que, mirándose el ombligo, han creído ver el mundo. Y se han encerrado en una soledad que los aísla cada vez más.
Va de suyo que uno de los niveles más acuciados por años de políticas erráticas ha sido el secundario.
Esta crisis educativa no es nueva ni simple. Por mucho que removamos, las aguas siguen turbias. Y seguirán así si no enfrentamos la situación desde su complejidad. Ése es el espíritu que nos guió a proponer, como puntapié inicial de la gestión, la batería de propuestas que estamos implementando.
Con la ley de Titularización, estamos reconstruyendo el principio legal de la regularización de los concursos docentes con los que los niveles secundario y terciario aún no cuentan con normalidad. Unido a esto, está la posibilidad de concretar en pocos años la concentración horaria de los docentes secundarios.
La capacitación por nivel y disciplina no tiene otra finalidad que la de ofrecer a los docentes posibilidades de actualización y perfeccionamiento en servicio ajustadas a las necesidades de cada nivel y modalidad. Creemos también que la implementación del Año Sabático contribuirá a que los docentes puedan, aparte de la capacitación anual, contar con el tiempo necesario para encarar estudios que, sin lugar a dudas, mejorarán sus prácticas en el aula, así como también actuar como agentes multiplicadores con sus compañeros de los nuevos saberes adquiridos y constituir a la escuela como objeto de estudio.
Siguiendo los lineamientos pactados en el Consejo Federal de Educación, nos encontramos trabajando en el Plan de Mejora Institucional en 126 escuelas secundarias de nuestra provincia. Paralelamente, se están elaborando los planes jurisdiccionales, que tienden a fijar estrategias para optimizar recursos en pos de que la obligatoriedad de la educación secundaria deje de ser un mero enunciado para transformarse en realidad. La institucionalización de los Consejos Escolares y la redefinición de los Centros de Estudiantes se inscriben en esta línea de acción.
Sin dudas, la distribución equitativa del conocimiento no será posible si antes no se establecen políticas certeras en la distribución equitativa de la riqueza en nuestra sociedad. Es en ese sentido que la Asignación Universal por Hijo representa una acción concreta en el camino de concretar políticas reparatorias para los sectores más desfavorecidos para lograr igualdad de oportunidades para todos. No lo decimos nosotros. Lo prueba la realidad. A pesar de los que siguen sosteniendo que esta medida es pura demagogia.
En esta línea de acción para los sectores más castigados por la crisis, hemos implementado un plan de becas de prevención del abandono escolar. Nos preocupamos por y nos ocupamos en mejorar cada día la realidad en las escuelas. No otra cosa es la experiencia de Escuela de Verano, que con tanta repercusión en la comunidad educativa hemos concretado en enero y febrero de este año. Otro renglón lo constituye la modalidad que adoptamos para el turno de examen del 19 al 26 de marzo de este año con el sólo objetivo de brindar más y mejores posibilidades de promoción a nuestros estudiantes secundarios. No se trata de favorecer la cultura del facilismo. Muy por el contrario, decisiones como ésta implican un compromiso casi militante por lograr que los alumnos permanezcan cada vez más y mejor contenidos en las escuelas.
Ausentismo docente, desgranamiento, deserción y repitencia están en nuestra agenda junto con otros temas de igual importancia que caracterizan a nuestro sistema educativo actual. La dimensión del problema nos compromete a diseñar un marco de solución adecuado.
Una de las mayores barreras que tenemos que franquear es el no contar con espacios de análisis y debate institucionalizados entre quienes conducen las políticas educativas y quienes viven la realidad cotidiana en cada escuela. Qué mejor manera de hacerlo que hablando de nuestros problemas cara a cara. Y poder así construir consensos básicos que se traducirán en acciones a través de las cuales los valores de la equidad, la inclusión y la calidad educativa vuelvan a orientar nuestras prácticas concretas.
Porque es preciso quebrar aquella rémora de la matriz de pensamiento de la Escuela Secundaria selectiva y meritocrática que sólo podían funcionar si estaban dentro de ella los pocos que reunían ciertas condiciones es que insistimos con la construcción del consenso a través del diálogo.
Porque es preciso consagrar un espacio para este diálogo, convocamos al Congreso Educativo Provincial: “La Escuela Secundaria chaqueña de los Bicentenarios 2010 y 2016”.
Si no somos capaces de dialogar, nos devorará la crisis y la historia terminará juzgándonos. A todos. Más temprano que tarde.
Una provincia es tan grande como la épica y trascendencia de su proyecto cultural y educativo. Nuestra misión como docentes es contribuir en la formación de ciudadanos libres, justos, solidarios y capaces en lo intelectual de sentir y obrar para transformar lo injusto en justo, escuelas con docentes y alumnos con hambre y sed de enseñar y aprender.
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