Cómo Destruir Una Presidencia
La versión digital del Diario Perfil adelanta parte de una columna del analista de la revista Noticias. Extractado por Data Chaco.
Por James Neilson 27.03.2008
Por lo demás, para asombro de los odiados neoliberales, lo hace aplicando fórmulas ideadas por los pensadores criollos que tanto le entusiasmaron en los años setenta cuando era una estudiante en La Plata. A su modo es presa de una ficción que creó a partir de sus lecturas. Si no logra escapar muy pronto, su gestión será tumultuosa y podría terminar bien antes de diciembre de 2011.
Desgraciadamente para Cristina, y para el país, el "relato" que según parece la obsesiona ha resultado ser un bodrio. Por algún motivo que acaso podría aclarar un psicólogo, cuando quiere escribir "firmeza" le sale "terquedad insensata", "dignidad" se ve reemplazada por "soberbia" y "autoridad" por "prepotencia".
Asimismo, se resiste a entender que el milagro económico de los años últimos debe menos a las bondades del "modelo" setentista o la sabiduría heterodoxa de su marido que a los precios extraordinariamente altos que se han pagado últimamente por las commodities mayormente agrícolas que el país está en condiciones de exportar.
En la tragedia griega, los al parecer bendecidos por los dioses se destruyen a sí mismos porque su orgullo y la desmesura que suele acompañarlo – hibris - les impiden comprender que la diosa Némesis les está preparando un castigo condigno. Confiados en que el destino seguirá privilegiándolos, se mantienen en sus trece hasta que su aventura llegue a un fin que por lo general es muy desagradable.
Hace algunos años, Cristina afirmó que le interesaba mucho la literatura griega: le convendría volver a ella.
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