Los Pobres, Afuera de la Universidad
EDITORIAL - El Diario de la Región - Viernes 15 de Julio de 2005.
El sueño del ascenso social gracias a la educación pública y gratuita es prácticamente eso, un sueño, del que rápidamente hay que despertar porque se está convirtiendo en una pesadilla, y de la más insoportable.
Sucede que los más pobres están muy lejos de la universidad. Las estadísticas así lo demuestran: representan sólo el 22 % de los egresados. Puesto de otra manera: 6 de cada 10 chicos que ingresan en las casas de altos estudios provienen de los sectores sociales medio y alto. Y el 78 % de los graduados pertenece a estos niveles socioeconómicos.
El dato, que se repite en la mayoría de los países latinoamericanos, tiene en la Argentina una particularidad: con el 40,2 % de la población bajo la línea de la pobreza, aquí se considera que una familia no es pobre si cuenta con ingresos aproximados a $1.050 mensuales.
De los casi 1,5 millones de estudiantes que hay en el país, 1.278.284 asisten a instituciones del sector público. La proporción es similar cuando se mira a los graduados. En el país egresan por año unos 75.000 profesionales; el 75,4 % sale de universidades públicas.
Las estadísticas, que no explican por sí mismas este fenómeno, sí marcan a las claras que para los pobres argentinos es cada vez más difícil insertarse.
Excluidos, sin empleo -o si lo tienen bajo condiciones pauperizadas- o mal pagos, las futuras generaciones están condenadas casi desde que nacen.
Así, en América latina el papel de la educación como garantía de la movilidad social ascendente está en cuestión y la mayoría de los jóvenes queda atrapado en su nivel socioeconómico de origen, del que la educación pocas veces puede rescatarla.
Es casi un adiós definitivo a aquella época que bien describió M´ijo el dotor.
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